Entre aquel noviembre infiel perfumado de miradas,
y esta tarde gris de impacientes soledades.
Había vivido un amor…
Amor inexplicable.
Meses carnavalescos
donde el tiempo loco
jamás se detuvo.
Horas de incendio súbito y semanas de marea y viento.
Se fue escurriendo la pasión por las rendijas del silencio.
Y el cariño triste: gemía y agonizaba.
Causa que ya no odiaba la derrota, porque amar es otra cosa.
Lo que empezó en comedia terminaba en tragedia.
Tarde de tristeza negra fría y somnolienta.
Agrio y mohoso ruido de silencios viejos.
¡Ha muerto! ¡Ha muerto un amor sin gloria!
arrugado en lo monótono de quebrados sueños.