Llena de luz y miel, como si la música y el chocolate
y la primavera se hubieran juntado por vez primera en una sola sonrisa.
La miro y me enamoro, mi corazón la anhela, le late.
Desde sus ojos la luna es más intensa.
Un canto de gorrión, una caricia de la brisa
un poema nunca antes escrito.
Todo se reúne en ella, todo se confunde en sus ojos
todo nace en su boca, todo respira en su pelo.
Amo de ella lo que veo y lo que no
lo que dice y lo que calla.
Amo sus locuras, su voz,
su piel, su esqueleto, su alma.
Caigo entre sus brazos y vivo.
Nado en sus pupilas y sonrío.
Bebo sus besos y vuelo.
Toco sus latidos y creo.