Eres pan deleitoso que de trigo escogido,
en aquel horno santo, hizo un genio divino.
Pan vivo de aliento y de amor desmedido,
donde el mar se detiene y se va pensativo.
Y me gusta tu aroma, cada vez que respiro
y el sabor de tu alma, que en las tardes persigo;
dulce, provocativa por ti muero y en ti vivo
no te vayas de mi boca por otro camino.
Disfrutarte es mi locura, así tibia y pura
desde la luna llena hasta el mar y la espuma,
Lléname más y más de tu ternura.
Lléname de ti, hasta el viento y la puna.