Paloma blanca que anidas tu piel en mi alma.
Y me entregas el océano, de tus ojos negros e infinitos,
herviente como néctar de ansiedad constante.
¡Cómo aceleras mis besos a la puerta de tus labios vino!
!Cómo me liberas de mi misma libertad ausente!
He ideado mil modos de expresar que te quiero.
Te he soñado conmigo al ocaso y me he sentido completo.
Eres el ancla viva donde aferro mi cariño y sin pensarlo.
En mi camino eres la brisa que me acompaña y quiero,
cierras tus ojos y ya soy tuyo, tuyo y atrapado.
Y si abres tus brazos, tu alma de niebla enamorada
detendré en tus labios la noche en un beso
y te amaré por siempre y más allá de siempre.