Hermosa cantimplora de besos, en ti canta la brisa y te toca.
En ti tengo los días contados en abrazos consecutivos...
En ti vivo y en ti muero, solo, y enteramente tuyo,
En ti, en tus rizos...
Y es que hasta al silencio mismo he visto arrojarse a tu pelo sonriente
y celebrara la música que tu voz desparrama.
Me enamora a cada paso, darme cuenta,
que tus labios, se aferran a la sed de mi boca.
¡Ay cascada humana que en mis ojos desembocas!
Quisiera correr en la piel de la noche a tu lado y en un mismo momento constelado,
abrazar a la luna, contigo, en un beso perfecto.
Y mientras caigas, entre sorbos intensos, cual chorro ondulado por mi piel errabunda
que el andar descubierto de las horas fugaces, se tomen una siesta absolutamente azul y tibia
como néctar de verano,en tus huellas.
Carne, amor, preludio, prisión y fiebre ¡destápate apresuradamente calmada,
en los matorrales de mis ojos plebeyos,
que tu seda de Persia se escurra por la orilla de mis dedos mineros,
cada vez que desgranes en la roca de mi lecho tu pasión en racimos,
cada vez que se rompa incesante, tu lluvia de besos sonrientes sobre la sed de mi almohada.
Únicamente tú, princesa, dueña de esta historia empezada en olas de los ojos de una tarde.
Eres la melodía que mis latidos tararean cada vez que mis labios perdidos te rozan,
como queriendo encontrarse con la voz de tu aroma,
con la voz de tu aroma escondida en los pliegues de tu sonrisa escandinava.
No sé cual es el nombre de tus caminos, no sé, no sé nada,
sólo sé, que desde que fluiste, dulcemente, en mi alma
ya no pienso dejarte ni un momento, ni un segundo, ni un espacio
sin tu agua en mis labios...